Los celos y sus consecuencias en la familia

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La llegada de un nuevo miembro a la familia varía la estructura familiar. Hemos de adaptarnos a esta nueva situación y ayudar a los más pequeños a que se adapten, ya que si la adaptación no es buena, se pueden generar los celos entre hermanos.

Los celos, podrían definirse como una experiencia subjetiva de malestar emocional y frustración  generada por la percepción del la persona de no ser querida o, al menos, en la misma intensidad y frecuencia, de lo que la persona desearía.

La persona que siente celos, reclama la misma atención que se le facilitaba antes y realiza una percepción sesgada de la otra persona, atendiendo sólo a las cualidades y exagerándolas, al mismo tiempo que se infravalora a sí mismo. Este hecho puede provocar en el niño baja autoestima, ansiedad, miedos y conductas desadaptadas.

Esta sensación suele venir asociada a la llegada de un hermano pequeño a la familia; pero debemos tener en cuenta que los celos no son unidireccionales, es decir, pueden darse del hermano mayor al pequeño y a la inversa.

Siempre que haya hermanos, habrá irremediablemente celos, por lo que debemos ayudar a los hijos a que esa emoción negativa no sea el centro y les provoque un gran malestar.

Los celos son normales y considerados adaptativos dentro del curso evolutivo de los niños (de los dos años hasta los cinco años aproximadamente) Pueden considerarse como un proceso en el que el niño aprende a adaptarse a una nueva situación.

A medida que el niño crezca, los celos deberían disminuir, pero si esto no ocurre, el malestar en el niño crecerá, lo que irremediablemente tendrá efectos en el clima y la estructura familiar; si esto se perpetúa, podría provocarse una patología.

Cambios conductuales que podrían indicarnos la presencia de celos son:

– Cambios de humor no justificados.

Llanto frecuente sin motivo.

– Verbalizaciones de no sentirse querido.

– Dificultades para obedecer, terquedad y en casos graves, oposicionismo, agresividad y actitud desafiante.

Qué podemos hacer para minimizar las consecuencias de los celos:

Equilibrar el trato entre los hermanos.

– Realizar alabanzas de las conductas positivas de ambos hermanos.

Retirada de atención de las conductas desadaptadas.

– Aumentar el tiempo pasado en familia y la realización de actividades conjuntas

Relación proporcional de ambos padres hacia los hijos.

– Estilo educacional democrático y comunicativo

Alejandra F. Aladro